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Nepal, enclavado entre dos gigantes como India y China, casi pasa desapercibido para los viajeros. El que fuera el último reino hindú en el mundo, se encuentra entre los países más inexplorados del sur de Asia, convocando casi exclusivamente a los montañistas que emprenden su viaje para conquistar las más altas cumbres de nuestro planeta.
Y es que Nepal es el hogar de las majestuosas montañas del Himalaya, incluidas las icónicas cumbres del Everest y del Annapurna, que ofrecen vistas que quitan el aliento y la oportunidad de explorar senderos únicos entre paisajes sobrecogedores.
Pero Nepal no es sólo para montañistas experimentados, porque quien se aventura a esta tierra será recompensado con un destino fascinante, por sus espectaculares paisajes, su diversidad étnica, sus creencias y espiritualidad.
Quien conoce Nepal se sorprende, es un destino no imaginado que enamora y que hace que luego quieras volver.
Además, la simpatía yhumildad de su gente crea un ambiente cálido que invita a conectar con la cultura local.
El valle de Kathmandú y sus ciudades patrimoniales nos transporta a otro tiempo, son museos vivientes, donde apreciar la exquisita artesanía, arquitectura y formas de vida que se conservan.
Nepal nos depara un viaje al interior de uno mismo, mientras nos dejamos envolver por la calma de paisajes con terrazas y un fondo de picos nevados.