En el 2018 concretamos nuestro soñado viaje a Uzbekistán, país que formaba parte de nuestra lista de deseos, por su magnífica historia y porque era el corazón de la legendaria y antigua Gran Ruta de la Seda.

Cuando comentábamos de nuestro viaje a Uzbekistán, nadie sabía ubicarlo y para muchos aún sigue siendo un enigma, por lo cual compartimos nuestras fotos para que vayas conociendo este destino.

Uzbekistán junto con Kazajistán, Turkmenistan, Tayikistán y Kyrguistán, son conocidos como los “5 stán”, que integraban la antigua Unión Soviética. .

En su territorio viven más de 31,5 millones de habitantes. El uzbeko es el idioma estatal, pero el ruso es el idioma que se utiliza para la comunicación internacional. Dentro de sus límites se encuentra la República Autónoma de Karakalpakstán.

La economía de Uzbekistán está fuertemente basada en la exportación de sus recursos naturales (oro, gas, petróleo y algodón) cuyos precios internacionales han permitido un crecimiento continuado de su economía durante los últimos años. 

Desde su independencia de la URSS en 1991 hasta su deceso en 2016, su presidente Islam Karimov gobernó el país con un estricto control y de espaldas al mundo. En diciembre de 2016 el nuevo presidente electo, inició una serie de reformas que contribuyó a la apertura de la economía atrayendo a inversiones extranjeros, lo que lógicamente impactó en la industria del turismo, con un  rápido y sostenido crecimiento desde entonces. Prueba de ello son los trenes de alta velocidad que han incorporado para unir las principales ciudades históricas.

Basta mencionar que la guía Lonely Planet y National Geographic eligieron a este país como uno de los destinos top ya en el año 2018.  

La arquitectura de Uzbekistán es una verdadera belleza.  Madrasas, mezquitas, minaretes, en todos los tonos de verde y azul imaginables, además de contar con coloridos bazares, todo nos transportó a un viaje en el tiempo.

Si la Ruta de la Seda nos evoca a a aventuras en lugares tan exóticos como desafiantes, conocer las ciudades caravaneras nos hizo ponernos en los pies del mismísimo Marco Polo.

Samarcanda, junto con Khiva y Bukhara, conforman el triángulo de oro de Asia Central.  Siendo una vez el centro del mundo, la Unesco declaró a esta ciudad de 2700 años de antigüedad como Patrimonio de la Humanidad y la inscribió como "Samarcanda - Encrucijada de culturas".

Comprobamos que es verdad todo lo que se dice sobre su hermosura, una vez ahí te quedas sin aliento. Es un conjunto grandioso, y a pesar de su evidente restauración, ello no disminuye la sensación de su grandeza y de estar en presencia de  su milenaria historia. 

Uno de los lugares ineludibles y el más bello quizás de Samarcanda, es el Shah-i-Zinda o la necrópolis. Si existe un cielo para los fotógrafos, sin dudas es éste. 

En Samarcanda se encuentra el mausoleo de Tamerlán, el Gur-e Amir. Ocupa un importante lugar en la historia de la arquitectura islámica como precursor y modelo de las grandes tumbas de Humayun en Delhi y del Taj Mahal en Agra, construidas por los descendientes de Tamerlán, la dinastía mogol que dominó el norte de la India.

De Bukhará (Bujará), con sus más de 2.000 años de historia, podemos afirmar que es lo más parecido a una ciudad de las mil y una noches. Siendo el ejemplo más completo de ciudad medieval del Asia Central, se ha conservado intacta en su mayor parte. Ha sido y continúa siendo un importante centro religioso y una de las ciudades sagradas del sufismo. Su centro histórico fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.

En esta ciudad pueden encontrarse hábiles artesanos y es el mejor lugar para comprar algunos recuerdos. El arte de la cerámica es muy popular en Uzbekistán y el arte de la joyería tiene una larga tradición.

Tashkent, la capital uzbeka y puerta de entrada al país, también tiene sus encantos. Aquí es donde más se nota la presencia rusa, en la arquitectura de las típicas viviendas de la era comunista. Pero también es una ciudad vibrante, moderna y donde mejor se percibe la apertura y el desarrollo que ha tenido este país en años recientes. La modernidad y la tradición se mezclan,  tiene amplios bulevares, avenidas arboladas, presencia de tiendas internacionales,  lugares de esparcimiento, gente amable, desmontando los estereotipos que alguien pueda tener sobre este país.

Uzbekistán fue mucho más allá de nuestras expectativas.

Resaltamos no sólo la sensación de seguridad que tuvimos a lo largo del viaje sino, en especial, sentirnos bienvenidas, su gente es tremendamente amable y hospitalaria.

Como puede verse en las fotos,  es normal que visten con atuendos típicos, son curiosos y tratan de entablar conversación con extranjeros, de hecho se sorprenden mucho cuando encuentran turistas y piden fotografiarse, también hemos recibido invitaciones para conocer un pueblo y por supuesto para almuerzos.  Esto es parte de la hospitalidad de este pueblo, y más se aventura uno en el interior de Uzbekistán, más suceden estas invitaciones. Los almuerzos son deliciosos y muy abundantes.

Al regresar de este viaje, quisimos incorporarlo como destino de Colores de India para el año siguiente. Justo es confesar que dicho intento no prosperó, lo cual resulta bastante comprensible si pensamos que para ese momento era un destino casi desconocido.

Han pasado ya algunos años desde entonces y viajar a la Ruta de la Seda ha comenzado a sonar. De hecho, lentamente, son varios operadores turísticos los que han comenzado a incorporar este destino a su oferta.

Nos complace anunciar que la Ruta de la Seda será una de nuestras propuestas para el calendario 2026. confiando en que esta vez querrán acompañarnos y compartir un recorrido muy prometedor, que nos sumergirá en culturas donde cada paso revela las huellas de la historia.  Preparen sus corazones para una experiencia inolvidable.

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